sábado, 13 de enero de 2018

Sony quiere triunfar donde Project Tango fracasó lanzando su propia tecnología de mapeado 3D por hardware

Al parecer, Sony se mantiene en el mercado de los teléfonos inteligentes porque quiere estar presente cuando llegue la próxima gran revolución: las imágenes en 3D y la realidad aumentada, ya que esto es en lo que los ingenieros de Sony están trabajando en su Centro Tecnológico Atsugi en Tokio.
La compañía está desarrollando sensores de infrarrojos 3D diseñados para teléfonos inteligentes y productos de realidad aumentada, que van desde equipos industriales hasta coches autónomos.
Se dice que estos sensores serán capaces de mapear entornos 3D e incluso detectar objetos y personas en una escena. Según un informe de Bloomberg, Sony tiene previsto comenzar la producción masiva de estos sensores a finales de este año, y podrían llegar en productos antes de finales de 2018 o a principios de 2019. Según Yole Developpement, es un mercado cuyo valor se estima en unos 4.500 millones de dólares para 2022. 
Sony no es el primero en trabajar con sensores y tecnología 3D inteligente. La tecnología Tango de Google apareció en dos smartphones comerciales, aunque el gigante de la búsqueda ha pasado a centrarse ahora en su tecnología ARCore más universal. Intel ha seguido invirtiendo en su plataforma de hardware RealSense, que proporciona una funcionalidad similar a Tango.
Al igual que RealSense y Tango, la implementación de Sony se basa en una combinación de pulsos de luz infrarroja y sensores complementarios que registran el tiempo que tarda un pulso en rebotar para calcular su distancia. Estos son conocidos como sensores de tiempo de vuelo (TOF).
En su implementación más básica, como en un telémetro, una sola unidad de iluminación infrarroja se empareja con un fotodiodo de recepción para registrar cuando la luz regresa. La distancia de un objeto con respecto al sensor TOF se puede calcular multiplicando el tiempo de retorno por la velocidad de la luz (d = c*t/2). En un sensor como el que Sony está desarrollando, se amplía para incluir múltiples transmisores infrarrojos y receptores fotodiodos en una sola cámara TOF, lo que permite la captura de escenas más complejas.
La desventaja de los sensores TOF es que típicamente no ofrecen la misma resolución que la cámara 2D tradicional que se encuentra en su smartphone. Las cámaras de alta resolución son más costosas, pero incluso las de baja resolución son capaces de mapear objetos con un grado razonable de precisión. Además, al enviar miles de pulsos al sensor — a menudo a más de 100 fotogramas por segundo — es posible combinar lecturas para crear una imagen más precisa e incluso realizar un seguimiento del movimiento a través del espacio en tiempo real.
Apple utiliza infrarrojos para su tecnología Face ID. Muchos smartphones utilizan una implementación más básica para el enfoque rápido de la cámara. Todos estos ejemplos son similares a la idea del accesorio Kinect de Microsoft para la Xbox.
Sony está aprovechando su experiencia en la industria de los sensores de imagen, tanto en el campo de la investigación como en el de la fabricación, para mejorar la tecnología y ocupar un lugar como uno de los jugadores más influyentes del mercado.
Los sensores TOF de la empresa son más pequeños que los modelos existentes y son capaces de calcular la profundidad en distancias mayores. La tecnología de Apple puede ser buena para una cara colocada delante del sensor, pero la tecnología de Sony puede hacer un mapa de los objetos más alejados en la habitación.
Tecnología ARKit de Apple en funcionamiento
Es posible que Apple y otros fabricantes puedan adoptar la tecnología TOF de Sony en el futuro, especialmente si la empresa pone toda su capacidad de fabricación detrás de la nueva tecnología. Actualmente, STMicroelectronics está vendiendo sus sensores FlightSense a Apple y a otros fabricantes de teléfonos inteligentes para el enfoque de las cámaras.
El enfoque de Sony de utilizar un hardware dedicado para la realidad aumentada y el mapeado 3D es muy diferente al que han seguido Apple y Google,  dos líderes en Realidad Aumentada para smartphones, que utilizan el hardware de cámara convencional mediante sus plataformas ARKit y ARCore. El proyecto Tango de Google, que requería un hardware de infrarrojos dedicado, era demasiado costoso y fue complicado convencer a los fabricantes de teléfonos inteligentes para que invirtieran.
Es posible que Sony se enfrente a dificultades similares si los fabricantes de smartphones optan por soluciones que funcionan con un hardware tradicional de cámara, incluso a pesar de que los resultados no sean necesariamente tan buenos. Sin embargo, Sony se dirige a un mercado mucho mayor que el de los teléfonos inteligentes, y no le faltarán clientes para sus sensores.
Los casos de uso para los sensores TOF son variados. Es probable que el mercado automovilístico suponga una gran oportunidad para Sony, al igual que las aplicaciones industriales y comerciales que se basan en mediciones 3D de alta precisión. En el lado del consumidor, los sensores TOF permitirán interactuar a través de gestos 3D, así como superponer la realidad aumentada al mundo real.

Muchos de estos casos de uso van a depender también del software, especialmente cuando se requieren capacidades de reconocimiento de imagen. No se sabe si Sony también está desarrollando software para complementar sus productos de hardware, o si dejará esta labor a las empresas que compran e implementan los sensores.  |  Fuente: Android Authority

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