martes, 5 de diciembre de 2017

De las gafas de Snapchat a los fallos del Mac: los fiascos tecnológicos más sonados en 2017

Las gafas de Snapchat, los fallos informáticos sufridos por MacOS o el robo de cuentas de Yahoo, así como las apuestas del padre de Android en el campo del móvil son algunas de las tecnologías que no han cubierto expectativas

Snap, multinacional norteamericana propietaria de la conocida aplicación de mensajería efímera Snapchat, ha sido la única empresa que ha puesto nervioso a Facebook en los últimos años. Su propuesta de mensajes que desaparecen al cabo de un tiempo, su apuesta por las máscaras de realidad aumentada y una serie de funciones innovadoras pronto ganaron popularidad entre los usuarios, sobre todo, entre el público norteamericano. Para no perder el tren del éxito, la firma se apresuró a salir a bolsa en marzo pasado para rentabilizar el proyecto iniciado en 2011 con una valoración de 20.000 millones de dólares.
Facebook, la mayor red social del mundo, vio por un momento las orejas al lobo, pero supo reaccionar a tiempo, aunque de una forma cuestionable; copiando sin arrepentimiento las funciones más personales y carismáticas de la «app» del fantasma amarillo. Es más, no solo ha copiado sino que ha ido extendiéndose a todos sus servicios, como WhatsApp, Facebook Messenger o Instagram. Pese a la decisión, ciertamente controvertida por lo que representa, la firma de Mark Zuckerberg ha salido victoriosa en esta batalla.
Pronto encontró una alternativa Snap para distanciarse; en su informe bursátil no se define como una empresa tecnológica sino de imagen. De ahí que para reforzar esa visión lanzara un dispositivo, Spectacles, que tuvo un gran impacto en internet y las redes sociales. Pero como de «hype» no se puede vivir eternamente, estas gafas, convertidas en uno de los objetos más deseados del año, fueron perdiendo interés.
Lanzadas oficialmente a finales del pasado año, las gafas permiten, gracias a una cámara incorporada en su montura, grabar secuencias de vídeo de hasta 10 segundos de duración o tomar fotografías en una visión circular y, cómo no, compartirlas en tu perfil. Para ello, vienen equipadas con conexión Bluetooth con el que emparejarse inalámbricamente a un teléfono móvil inteligente. El primer producto de hardware de Snapchat se distribuyó gracias a una serie de máquinas expendedoras itinerantes, llegando a España por primera vez el pasado de junio. Y siendo Barcelona la ciudad escogida.
Su precio, de 129 euros, fue un aspecto controvertido. Al final, el resultado ha sido menor de lo esperado: menos de un 1% de los usuarios de Snapchat adquirieron las Spectacles, según denunciaba «The Information». Fracaso absoluto, máxime a que se quedaron miles de gafas durmiendo en los almacenes de la compañía dispuestas a ponerse en la cara a alguien. La compañía, además, ha tenido que lidiar con otro problema, los trapos sucios que han empañado la gestión. Desde casos de supuestos chantajes a ONG’s, polémicas declaraciones de su fundador Evan Spiegel («No quiero Snapchat en países pobres como España») e informes con estadísticas falsas.

Essential, el móvil que iba a ser «revolucionario»

Android es el sistema operativo móvil más exitoso y el que goza de mayor popularidad. Sin entrar en cuestiones estratégicas, este dispositivo venía precedido de dos aspectos importantes: en primer lugar, la persona que estaba detrás, Andy Rubin, uno de los creadores precisamente de Android. Y en segundo lugar, un diseño rompedor que iba a agitar los cimientos de la telefonía móvil. Un cóctel que se intuía «esencial» para lograr triunfar.
Lo cierto es que, durante un tiempo, se habló mucho del móvil Essential Phone. Apuntaba a éxito por los cuatro costados. Pero ha acabado en nada, con uno de sus directivos, Andy Rubin, presentando su dimisión al desvelarse las acusaciones por «relaciones inapropiadas» durante su etapa en Google, y con unas irrisorias ventas. Y eso que el terminal en cuestión no estaba mal. Se trata de un gama alta con un gran pantalla y modular.
De 5.71 pulgadas de pantalla, apenas cuenta con marcos, un diseño que se ha convertido en tendencia este año. Monta un procesador Qualcomm 835, 4 GB de RAM y una memoria de 128 GB. Guarismos que, sobre el papel, deben garantizar un buen rendimiento. Pero no ha tenido la suficiente adopción. Uno de los aspectos diferenciales es la posibilidad de incorporar una cámara de 360 grados -la más pequeña del mercado (67 x 32 milímetros)- en la parte superior.
Pese a lo original de la propuesta, tampoco lo tuvo fácil a consecuencia de los continuos retrasos en su lanzamiento y su precio, de 700 euros, que tuvo que recortarse hasta los 500 euros por sus bajas ventas. La «startup» recaudó unos mil millones de dólares, según diversos informes consultados, y para el desarrollo del dispositivo se contó con más de cien empleados. Hasta septiembre se habían vendido únicamente 5.000 unidades. Resultado, fracaso comercial.

«Fake News» y las redes sociales

Este año los ciudadanos de medio mundo se han caído (por fín) del guindo. Facebook, Twitter y las redes sociales más importantes siempre han defendido que no son medios. Y lo cierto es que medios de comunicación como tal no lo son, pero sí contribuyen a su difusión. Y como catapultas de la información han tenido responsabilidad y muchas cosas que decir a raíz de las acusaciones e investigaciones sobre la conexión de grupos pro-rusos en las pasadas elecciones de EE.UU. en donde salió elegido el magnate Donald Trump.
La posible injerencia rusa y su impunidad ante las «noticias falsas» han sido una de las mayores crisis a la que han tenido que lidiar las compañías tecnológicas. En especial, Twitter, Facebook y Google, cuyos representantes han tenido que acudir a declarar en las investigaciones iniciadas en el Senado norteamericano. Para intentar contrarrestar esta polémica, las firmas anunciaron paquetes de medidas y pusieron en marcha algunas medidas como eliminar más de 200 perfiles en Twitter vinculados a grupos extremistas.
Incluso Facebook, la principal afectada, tuvo que admitir que se había perturbado su sistema de publicidad. Más de 3.000 anuncios se adquirieron antes, durante y después de las elecciones presidenciales para tratar de influir en la mente del votante. Para ello, se emitían informaciones malintencionadas, falsas acusaciones, soflamas propagandísticas y datos erróneos.
El resultado, una difusión espeluznante de 126 millones de norteamericanos¿Qué hicieron las redes sociales? ¿Por qué no hicieron más? ¿Fallaron los filtros automatizados? ¿Debieron o deben ser más responsable con los contenidos que albergan? Todo ello contribuyó a una era de la «posverdad» en la que todo parece, nada es como se dice. Este episodio, que dará más de sí el próximo año, va a provocar un punto de inflexión en el tratamiento informativo de las plataformas digitales y el hábito de consumo de noticias.

  1. Juicero

    que ha rayado el timo ha sido Juicero, una suerte de exprimidor de diseño cuyo sistema para lograr el zumo ha sido lo más cuestionado.Medios especializados demostraron que las naranjas se podían exprimir igualmente con las manos de un modo tan rudimentario que no se requería siquiera del trabajo del producto.
    La marca pretendía convertirse en una especie de Nespresso del zumo. Para ello, el producto venía acompañado de bolsas de fruta concentrada (como las cápsulas de café, ahí el negocio de las suscripciones). El exprimidor, en teoría, lograba el jugo en un proceso cautivador pero innecesario, puesto que cualquiera podía extraer el contenido con los dedos sin la necesidad de emplear Juicero.
    Los responsables de esta bonita licuadora, una «startup» de Silicon Valley, que logró recaudar unos 118 millones de dólares para su desarrollo. Es más, el proyecto fue tan atractivo que recibió el apoyo financiero de marcas como Alphabet o KPCB (Kleiner Perkins Caufield & Byers). Inicialmente se lanzó por unos 699 dólares (luego bajó a 400 dólares) y el aparato ha sido, prácticamente, inútil como exprimidor, no así como caro pisapapeles. La consecuencia de todo es que la firma tuvo que cancelar las ventas y devolver el dinero a los compradores. Un zumo agrio.

Kodak Ektra

De sobra conocido por los amantes de la fotografía, Kodak intentó este año hacerse un nombre en el mundo de la telefonía móvil inteligente. El resultado fue que la veterana firma comercializó un dispositivo de mediocres especificaciones y, en donde más esperanza cabría esperar de ellos, la fotografía, un desastre.
Su exterior, que destacaba la visión más retro de las cámaras clásicas con un plástico de reflejos de piel, fue el único aspecto más llamativo. Aunque también tenía una contrapartida; como la lente sobresale la marca empujaba a llevar el terminal en una funda protectora.
Eso sin contar con una escasa duración de la batería, el terminal ofrecía un sensor de 21 megapíxeles pero un mal trabajo de procesamiento eclipsó su calidad. Ofrecía una pantalla de 5 pulgadas tipo LCD con resolución 1.920 x 1.080 píxeles. En su interior, un chip Mediatek Helio X20 de diez núcleos acompañado de 3 GB de memoria RAM.
En las primeras reseñas se criticó una deficiente reproducción del color, fallos en el enfoque automático o un extraño comportamiento a la hora de capturar la luz. Su precio, no obstante, de 445 dólares,se encontraba en un rango para lograr amasar compradores, pero ha demostrado que fabricar teléfonos hoy en día, salvo que seas Apple, Samsung o Huawei, no es la gallina de los huevos de oro que lo fue antaño.

Magic Leap

Ni está, ni por (ahora) se le espera. Magic Leap, un proyecto innovador sobre la tecnología de realidad aumentada, se ha encontrado con muchos problemas para salir adelante. Se ha convertido, de hecho, en una máquina de trocear dinero. Un caso de esos extraños de una empresa valorada en 4.000 millones de dólares y cuyo producto no tiene una versión comercial definitiva.
Pero esta empresa demuestra ser otro de los muchos indicadores de la industria de la innovación que se basan en las expectativas para atraer a los inversores, sobre todo, cuando se refiere a tecnologías calientes y en auge como los contenidos inmersivos. Hasta la fecha, ha recaudado 1.390 millones de dólares (1.309 millones euros) en capital riesgo y está valorada en 4.500 millones de dólares (4.000 millones de euros).
A principios de año se filtró una imagen del «gadget» que distaba mucho de ser funcional y atractivo. Recientemente, sí trascendió el supuesto nombre de las gafas de realidad mixta, One, aunque todos los avances obtenidos están envueltos en un extraño halo de misterio. Los nuevos planes sitúan un lanzamiento para el próximo año. Por ahora, lo ponemos en la lista de posibles.

Lily Drone Camera

Los drones o aeronaves no tripuladas viven su pleno apogeo. Una industria de altos vuelos ha cautivado al público, pero ha empezado a cimentarse un marco regulatorio puesto que las previsiones para los próximos años son muy ambiciosas. Ya se utilizan para múltiples iniciativas, como para realizar labores de rescate, monitorización de agricultura, revisión de parcelas, grabación y producción de contenidos audiovisuales e, incluso, se ha empezado a experimentar con ellos como transporte de mercancías.
Un producto que llamó rápidamente la atención fue el drone-cámara de la «startup» Lily Robotics. Se presentó oficialmente en 2015 y todo el mundo que lo siguió quedó impactado. En teoría, iba a romper moldes por su manejo. Sobre el papel, el drone era capaz de seguir el rastro del usuario gracias a una pulsera colocada en la muñeca del propietario. Ideal, según las primeras ideas, para revolucionar los deportes de acción. Para realizar el seguimiento de su objetivo, prometía que utilizaba el sistema de posicionamiento GPS para rastrear un pequeño dispositivo que la persona lleva en su muñeca o bolsillo. ¿Un drone con cámara? ¿Una cámara con alas?
En seguida el dinero llamó a su puerta. Con inversiones de 15 millones de dólares, los pedidos superaron con creces las expectativas: se reservaron unidades por valor de 34 millones de dólares. Lo nunca visto. Sin embargo, el proyecto hizo aguas en enero cuando se demostró que aquellas impresionantes imágenes fueron grabadas con una cámara de acción de la marca GoPro y el comportamiento «inteligente» del vehículo no estaba, en realidad, preparado para funcionar. Tras aquella preocupante revelación, la firma anunció su cierre y, acto seguido, se presentó una demanda contra la compañía por publicidad engañosa.

Samsung Bixby

Estaba llamado a romper la hegemonía de Siri y Google Assistant en la batalla de los asistentes virtuales por voz. Para lograrlo, Samsung, su empresa desarrolladora, iba a mejorar su comportamiento con modelos basados en Inteligencia Artificial -fruto de la compra de la «startup» Viv, fundada por los creadores de Siri- y con la posibilidad de utilizarse en segundo plano. Lo tenía todo para triunfar, máxime a que había planes para que el software, además, fuese la columna vertebral de sus dispositivos en el futuro.
Pero debutó con mal pie, con funciones limitadas y solo «entendiendo» el inglés. Llegó, más tarde, a varios idiomas, entre ellos el español. Pero los planes se truncaron en el momento en el que no se logró que iniciara su andadura con el dispositivo Galaxy S8, lanzado en abril. Tuvieron que pasar hasta tres meses para que se pudiera utilizar, y solo en el mercado norteamericano.
Estaba previsto que Bixby tuviera un lugar especial en toda la arquitectura del terminal, por lo que los ingenieros destinaron un botón físico para poder invocarlo fácilmente. El problema se agrandó en el momento en que la firma surcoreana, que en la actualidad tiene una segunda oportunidad con una versión mejorada del sistema, permitió a los usuarios desactivar aquel botón físico. El resultado, un lanzamiento decepcionante.

Yahoo

La firma norteamericana Yahoo ha certificado este año su muerte. Si el pasado año se anunciaban dos brechas de seguridad, una en septiembre y otra por estas mismas fechas, por las que se temía por hasta 500 millones de cuentas, el mayor «hackeo» de la historia reciente fue más terrible de lo que se creía en un primer momento. En octubre de este año se reveló que se comprometieron todas las cuentas del gestor de correo electrónicos, es decir, afectó a mil millones de perfiles.
Lo peor no fue eso, sino que la propia compañía tardó años en darse cuenta. Esas acciones mancharon la imagen de la empresa y perjudicaron la operación por la cual el núcleo de Yahoo fue comprado por el grupo de telecomunicaciones Verizon, que integró ese negocio a un consorcio bajo el nombre de Oath. Mintió, y eso es difícil de perdonar.

MacOS High Sierra

Y hablando de seguridad informática, la versión más reciente del sistema operativo para ordenadores Mac no solo ha tenido un traspiés, sino dos. Dos brechas de seguridad descubiertas en MacOS High Sierra han manchado la imagen de Apple como empresa que cuida a los profesionales. La razón, la existencia de dos agujeros (ya parcheados) que permitían que cualquiera pudiera acceder a los equipos sin conocer la contraseña. Una señal que viene salpicada, además, de los continuos errores técnicos de iOS 11, la plataforma móvil de la compañía para los dispositivos iPhone y iPad.
Y no solo eso, Apple entonó este año el mea culpa por su controvertida apuesta a la hora de crear el Mac Pro, presentado hace cuatro años. Alabado por su diseño circular, los usuarios profesionales se sintieron maltratados y criticaron algunas decisiones como permitir el empleo de dos tarjetas gráficas en lugar de mejorar el espacio para el procesamiento. En su lugar, la firma norteamericana ya ha desvelado sus planes para crear un equipo más modular y adaptativo a las necesidades actuales de los profesionales.

Jawbone

Por primera vez desde que el reloj inteligente se pusiera a la venta, el negocio en torno a esta categoría tecnológica ha perdido impacto. A nivel general, se enviaron un 2% menos que en el anterior trimestre (17,3 millones de unidades vendidas). Se vendieron menos unidades, pero eso le ha permitido que ganen dinero a solo dos marcas, Apple, que este año ha estrenado un nuevo Apple Watch, y Fitbit, que el pasado año adquirió la firma Pebble.
Y con recorrido diferente, puesto que la firma de la manzana ha logrado, según datos de la consultora Canalys, colocar 11,6 millones de unidades en todo 2016 y, en el último trimestre, vendió 3,6 millones, mientras que Fitbit ha venido perdiendo cuota conforme ha pasado el tiempo hasta vender más de 2,3 millones de unidades menos. Pero una empresa que estaba bien posicionada al principio, Jawbone, que llegó a estar valorado en más de 3.000 millones de dólares, ha iniciado recientemente su proceso de cierre, según diversas informaciones.
Lamentablemente, esta «startup» ya era veterana. Fundada en 1997, fue pionera en los dispositivos portátiles. Su fundador, Hosain Rahman, ha puesto ahora énfasis en una combinación de software y hardware médicos. También la empresa ha estado acusada de robo de información privilegiada e industrial a su rival Fitbit.

Windows Phone

Microsoft nunca acertó de pleno en el campo de la telefonía móvil. Y cuando decimos nunca es eso, nunca. Hizo buenos teléfonos móviles y apostó por este campo desde que adquiriera al fabricante Nokia en 2013 en uno de los movimientos empresariales más cuestionados de la historia.
Pero conforme iOS y, sobre todo, Android iban ganando peso Windows Phone se coló como la tercera firma en discordia. Pero ya tenía poco margen de maniobra, es lo que tiene llegar tan tarde a estas cosas que cambian con tanta celeridad. Y tenía algunos aspectos originales como una interfaz de usuario muy intuitiva y funciones reconocibles por todos. Pero no ha cuajado entre los consumidores. En octubre de este año se anunció su capitulación: el gigante del software dejará de actualizarlo a partir del próximo añoFue bonito mientras duró.

Yik Yak

Poco le duró el cuento de hadas a la controvertida aplicación de mensajería anónima Yik Yak. Llegó a España de manera oficial hace justo un año después de despegar en entre el público norteamericano. La propuesta era interesante: el servicio permite que los universitarios puedan estar conectados, compartiendo así intereses comunes.
Lanzada enm 2014, la plataforma fue creada por Tyler Droll y Brooks Buffington tras su graduación en la universidad de Furman. Ambos deseaban crear una plataforma basada en la geolocalización que pusiera en contacto a las personas que les rodeaban.
Al principio, la «app» no era más que un muro en el que poner mensajes, pero con el tiempo se ha desarrollado con nuevas características como perfiles y chats, que han permitido estrechar lazos para que los miembros de la misma comunidad sepan lo que está pasando en tiempo real. Yik Yak ha tenido gran éxito en EE.UU., Canadá, Australia, Brasil, Indonesia, Alemania, Francia e Italia.
Entre las herramientas más destacadas de la aplicación están los chats, para poder conversar de manera privada con otros usuarios. La «app» llegó a estar valorada en 400 millones de dólares, pero en abril comunicó su cierre después de haber recaudado la encomiable suma de 75 millones de dólares de capital riesgo.

http://www.abc.es/tecnologia/top/abci-fracasos-tecnologicos-mas-sonados-2017-201712042104_noticia.html

0 comentarios :

Publicar un comentario