domingo, 19 de marzo de 2017

¿Tiene sentido enfrentar la realidad virtual y la realidad aumentada hoy día?

Cuando hablamos de las tendencias tecnológicas actuales con mayor proyección de futuro, sin duda entre estas se encuentran todo aquello relacionado con la realidad virtual y la realidad aumentada, ya que se espera que poco a poco vayan formando parte activa de nuestras vidas, tanto a nivel profesional como doméstico.

Decir que a lo largo del pasado año pasado, ambas tecnologías se han convertido en temas de absoluta actualidad, aunque desde diferentes sectores se ha intentado enfrentarlas para ver cual tendría una mayor repercusión en un futuro próximo o una mayor aceptación por parte del gran público. Sin embargo y si nos ponemos a pensar en todo ello, lo cierto es que este supuesto enfrentamiento no tiene demasiado sentido realmente, sino que lo más probable es que las dos tendencias repercutan en diferentes ámbitos claramente diferenciados y convivan juntas sin problema alguno.

Para empezar diremos que tanto la realidad aumentada (AR) como la virtual (VR), proporcionan experiencias de visualización de un nivel más elevado al convencional permitiéndonos ver las cosas de otra manera y adentrándonos en mundos diferentes, aunque con algunas diferencias entre ambas propuestas.

Con la tecnología AR tenemos la posibilidad de ver gráficos 3D superpuestos en el mundo real con el sano fin de realzar este último mediante la introducción de elementos digitales en él. Por otro lado y por medio de la tecnología VR, nosotros salimos por completo del mundo real para «adentrarnos» en un nuevo mundo totalmente digital y en el que podemos movernos en entornos de 360 grados.



Por todo ello muchos expertos piensan en la VR como la televisión del futuro, mientras que la realidad aumentada la relacionan con los terminales móviles de próxima generación, coexistiendo de manera simultánea y cada una dejando su propia huella en nuestras vidas, sin tener porqué enfrentarse. De este modo ambas, en lugar de «luchar» entre sí, es muy posible que formen parte de la próxima revolución tecnológica, cada una en dos sectores que no cesan de evolucionar y que seguirán haciéndolo cobrando cada vez más importancia en años venideros.
Posibilidades de la realidad aumentada

Y es que la tecnología móvil ha cambiado la manera en la que accedemos a la información e interactuamos con otras personas. Además la gente utiliza sus dispositivos móviles para todo tipo de tareas cotidianas del día a día como reservar un vuelo o encontrar un nuevo restaurante en un mapa digital. Así, casi sin darnos cuenta, la mencionada tecnología móvil no nos ha sacado del mundo real, sino que ha incluido elementos virtuales en este con el fin de ayudarnos en todo tipo ámbitos de nuestra vida cotidiana.

Por estas razones la AR se está preparando para ser la próxima gran tecnología que sirva como puente con el mundo real, mejorando nuestras experiencias diarias, empezando con lo que vemos, ya que se espera que los próximos teléfonos inteligentes «sepan» lo que estamos viendo en todo momento. De este modo los tipos de datos y servicios que nos proporcionarán serán mucho más avanzados debido a que los terminales «conocerán» dónde están los usuarios o qué están haciendo. Como muchos ya sabréis, Pokémon Go es la aplicación recreativa más reconocida que hace uso de la AR, pero hay otros ejemplos quizá menos espectaculares pero que también la usan como el localizador del coche en un parking para que no lo perdamos, los filtros de Snapchat que nos permiten compartir looks divertidos, etc.



El éxito de este tipo de aplicaciones reside en su capacidad para integrarse a la perfección en la vida cotidiana de los usuarios. Por lo tanto queda patente que el objetivo de la realidad aumentada es convertirse en parte de nuestra vida cotidiana funcionando de manera conjunta con la tecnología móvil.
La televisión del futuro para por la realidad virtual

Los más veteranos del lugar sabrán que la televisión revolucionó la comunicación y el entretenimiento de principios del siglo XX, la capacidad de ver imágenes en movimiento, tanto reales como ficticias, mejoró la forma en que la gente obtenía información, difundió nuevas ideas y comercializó innovadores productos. Por ello la televisión ofrece una forma diferente de compartir datos mediante el uso de diferentes realidades, pero eso sí, a diferencia del caso anterior, esta no se fusiona con nuestro mundo real. A diferencia de la tecnología móvil, la televisión no interactúa con nuestras tareas diarias, ni nos recuerda eventos o le dice a nuestros amigos lo que estamos haciendo.

Mientras que la realidad aumentada trae a nuestras vidas un nuevo nivel de interacción, es probable que realidad virtual evolucione para formar parte de nuestra existencia de manera muy similar a la televisión actual, pero mucho más avanzada, claro. Por ejemplo, llegará el momento en el que lleguemos a casa del trabajo y, en lugar de ver nuestro programa favorito en el televisor, nos pondremos un dispositivo VR para poder escapar por completo de nuestra vida cotidiana y así «desconectar» de la rutina diaria. La VR está capacitada para sumergirnos en entornos virtuales y que formemos parte de nuevos mundos, lo que puede ser tremendamente entretenido y educativo, aunque es mucho más complicado ver cómo esta realidad virtual va a ser parte de nuestras tareas cotidianas e interacciones diarias.



Oculus Rift, por ejemplo, requiere de un PC de altas especificaciones, necesita cables HDMI y USB conectados a este para hacer un seguimiento de nuestra posición y detectar nuestros movimientos como andar o saltar, aunque la necesidad de un cable físico limitan mucho la usabilidad. En otras palabras, usar un producto como Oculus Rift es más parecido a ver un programa en la televisión, muy divertido, pero donde no hay mucha movilidad.

Existen opciones VR para móviles como Gear VR o Daydream, que solo necesitan teléfonos inteligentes compatibles, evitando los cables pero con el obstáculo del receptor que tenemos que colocarnos en la cabeza y de este modo tener que llevarlo puesto constantemente.

Por lo tanto se espera que ambas tecnologías, la realidad aumentada y la realidad virtual, formen parte activa de nuestras vidas, sin tener que chocar, ya que cada una estaría dirigida a un ámbito independiente y diferente del otro.

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